Retrato de Himiko, de Yasuda Yukihiko, s. XIX-XX, Japón |
La historia menciona el reino de Yamatai que formaba parte de Wa (antiguo nombre que recibía Japón, también conocido como Yamato) situado en medio del océano. Este reino originalmente estaba gobernado por un hombre, pero tras un periodo largo de guerra la población aceptó como gobernadora a una mujer, Himiko. Himiko consolidó su vida a la magia, hechizando al pueblo, y nunca se casó. Tras subir al poder muy poca gente la vió, tenia un séquito de mujeres a su servicio y su hermano pequeño (el único hombre) la ayudaba a gobernar. La reina Himiko vivía en su palacio rodeado de torres y protegido por su gran ejército siempre atento a cualquier ataque. A pesar de su estatus la reina más bien ejercía el rol de sacerdotisa o mensajera de los dioses, mientras que su hermano se ocupaba de los deberes más "terrenales".
El reino de Yamatai fue uno de los mas prosperos durante el reinado de Himiko. Y cuando la reina murió su gente le construyó un túmulo de 100 metros de diametro, donde fue enterrada junto con mil de sus sirvientes.
Tras su muerte un hombre se conviertió en el gobernador de Yamatai, pero no duró mucho; ya que el reino decayó por las guerras. Hasta que Iyo, una niña de 13 años pariente de Himiko, subió al trono y la paz volvió al reino.